“Tryptych” es el tercer album oficial de Bevis Frond, la mítica formación de Nick Saloman, uno de los músicos culpables del renacer de la psicodelia inglesa (en su expresión más salvaje) a finales de los 80 junto a Gary Ramon (Sun dial) o Bari Watts (Outskirts of Infinity). Editado tras el doble LP de rarezas sacado de forma limitada y presentado de forma algo precaria. En este disco, como en los anteriores, Saloman toca todos los instrumentos (salvo unas mínimas colaboraciones), canta (se hace los coros a si mismo) y produce, de hecho graba en su propio estudio casero... algo que dota a sus primeros trabajo de un reconocible regusto artesanal y sobretodo un gran encanto dificil de igualar. Pese a ello este disco parece un tanto más profesional, especialmente la base rítmica que suena más limpia que en sus discos anteriores, de hecho este LP es tranquilo comparado con otros, con muchas menos guitarras distorsionadas y toda la parafernalia psicodélica, pero eso no impide que sea el disco que más me gusta de Bevis tras el “Looking Glass”...
Abre la instrumental “Into the Cryptic mist”, extraordinario corte que empieza suavemente con una guitarra sutil y un delicioso órgano (usado mucho en este disco). Se nota como Saloman ha hecho incapie para que la batería y el bajo suenen mejor. A mitad del tema la guitarra se vuelve de pronto más agresiva, metiendo un solo de esos que Saloman sabe hacer. “Debbie's new song for drums” es un breve divertimento con la hija de Nick tocando unas caserolas a forma de batería. “Lights are Changing” es un tema muy famoso de Bevis Frond. Se trata de un corte muy melódico, casi de folk rock, de los que Saloman gusta intercalar entre otros más tormentosos. “Gemini Machine” es todo lo contrario, ya que es un trallazo “made in bevis”, con esa mezcla explosiva de punk y hard psicodelia. Sobre una potente linea de bajo Saloman construye un tema en el que, como nos tiene acostrumbrado, se doblan las guitarras sin descanso y hay un derroche continuado de electricidad. En “Phil exorcises the demons” hay una colaboración de Phil Collyer a la percusión. Se trata de otro instrumental, muy breve, compuesto sobre un ritmo singular de batería. “Old man Blank” es un bonito tema, muy melódico, donde Saloman se esfuerza especialmente con su voz para crear una atmósfera muy melancólica. Al parecer es una de sus preferidas del disco. “The Daily Round” es un corte bastante jazzístico con una guitarra excepcional. “Hurt Goes on” es un número bastante experimental con las voces y los tiempos. Con te,mas como este se va notando la evolución de Bevis Frond desde sus comienzos más primitivos de mediados de la década, lo cual da mucha variedad. “Corinthian” es un tema que me encanta. Se abre con acústica y un órgano precioso, con una atmósfera muy a lo Pink Floyd de primeros de los 70, después el órgano sube en intesidad ...y los pelos se ponen de punta!!! “Nowhere Fast” es una de esas burradas de Nick Saloman, donde parece un Hendrix haciendo punk. Aquí se marca un corte lleno de guitarras distorsionadas, todo presentado con una producción bajo mínimos. Es un corte brutal... “Tangerine Infringement beach” es la joya del disco, casi 20 minutos de psicodelia épica y laberíntica. Se abre como un medio tiempo con Saloman dando un sermón más que cantando y la guitarra por el fondo dibujando en el aire. A los dos minutos empieza la locura, la guitarra se desata magistralmente mientras el órgano es ahora el fondo que sostiene la melodía. La linea de bajo y batería se intensifica, pero sin acelerar. Un poco más adelante cambiamos de ritmo para convertirse en un blues marciano con un juego increible de guitarras dobladas y órgano que se va distorsionado (incluyendo, por cierto, un pequeño homenaje al grupo Caravan) hasta llegar a la pura vibración. Más adelante, tras una sección de ruidos envolventes, regresamos al protagonismo de la guitarra eléctrica, con una parte más rápida donde Saloman vuelve a cantarnos. Los últimos minutos vuelven a ser para un órgano en pura descomposición sónica... un tema simplemente imprescindible para comprender la psicodelia moderna y monstruos actuales como Johnson Noise, Mater Dronic o Colour Haze. Cierra el LP en su edición original un peculiar “Hey Jude” en homenaje a Hendrix...
La edición que comentamos añade 5 tema de la misma época, pero se notan que son descartes, en todo caso ( aunque habrá a quien les estorbe...) son un buen regalo y complemento aceptable para este imprescindible disco. Escúchalo como sea y decide....
No hay comentarios:
Publicar un comentario