El gusano progresivo es un bicho que avanza lentamente comiéndose lo malo y abriendo el camino a nuevas sensaciones
EL GUSANO PROGRESIVO I
Aqui en este blog van a encontrar musica de todo tipo y color ya que este es un espacio creado para el disfrute de los que amamos el arte en sus distintas expresiones,aqui no se vende nada solo se sube material para mostrarlo al mundo y que se conozca.El gusano progresivo intenta democratizar los medios para tener toda la cultura que nos merecemos!!!
Lo de Roger Hodgson en In the Eye of the Storm ya es otra cosa. El álbum puede parecer un tanto irregular ya que tiene momentos muy buenos y otros, muy pocos, algo más flojos. Los momentos buenos, diría que son excepcionales y se concentran en dos baladas que pulverizan el trabajo de su antigua banda sin él: Lovers in the Wind y Only Because of You son el ejemplo de que Roger Hodgson es uno de los mejores baladistas que uno puede echarse a la cara. Excelente la elección de Clair Diament para la voz en esta última canción. En cuanto al resto del álbum tengo que decir que no está nada mal; Had a Dream (Sleeping with the Enemy) e In Jeopardy logran mantener el nivel de aquellos álbumes de Supertramp y hacen que el álbum valga realmente la pena y logra que repita varias veces su escucha, algo que no consigue Brother Where You Bound. La nueva dirección musical de Supertramp no logra enamorarme. La búsqueda del éxito rápido con canciones del tipoCannonball me hace decantarme sin dudarlo por quien es capaz de componer piezas de la talla deOnly Because of You con ese aroma a Fool's Overture.
Tony Banks: Composición
- Orquesta Filarmónica de Praga, conducida por Paul Englishby
- Martin Robertson: Saxo alto
- Charlie Siem: Violín
· Género: Música clásica.
· Grabado -.
· Producido por Nick Davis and Tony Banks.
Lo primero que conviene decir de este disco, para atajar cualquier polémica posterior, es que atesora una gran calidad y queTony Banksdemuestra de nuevo el gran compositor que es en la mayoría de los temas. Pero bueno, dicho esto, debemos ser sinceros y muy duros con un genio vivo como es el ex teclista de Genesis.
Con 'Six Pieces for Orchestra', lo que el compositor ha hecho es regresar a la música clásica, un campo tan minado en sí mismo, como arriesgado y propio de genios. El que de verdad ama la música, en términos generales, ama la música clásica, aunque sólo sea porque es el origen de toda música de calidad, y porque las joyas más increíbles se han compuesto en su momento en los cerebros y almas de los compositores que todos tenemos en mente: Mozart, Beethoven, Bach, Strauss... a los que yo añadiría los modernos Mussorgsky, Stravinsky, Grieg, Holst... Dicho esto, el que también tiene un poco de criterio, sabe que el rock de calidad, así como la música electrónica y ambient, han sido las sucesoras en el campo de la música popular en lo que ha calidad compositiva se refiere. Llegados a este entente, hay que reconocer que muchos genios del rock y otros estilos semejantes nunca han dado la talla cuando han querido hacer piezas clásicas. E incluso los hay que han hecho hasta el ridículo.
Pues bien, no es el caso de Tony Banks, pero hay que afirmar rotundamente que pese al talento de este genio ex genesiano, la clásica le queda grande. Merece más, merecemos más. El hombre que fue capaz de componer la intro de piano de 'Firth of Fifth' es capaz de mucho más y debe demostrarlo. El principal problema de quienes arriesgan en el campo de la música clásica es el de siempre: la orquestación. La música clásica es muy compleja y no se limita a ser un gran compositor de melodías. Si quieres jugar con una orquesta sinfónica de múltiples elementos es necesario que tu música suene compleja, rica en matices y no ridícula. El pecado que suelen cometer los que aman de estos menesteres es abusar del viento, mucho trombón y poca chicha de cuerda. O cuando cuentan con ésta, suena ridícula y simplona, sin conjugar los mejores elementos.
En 'Siren', tenemos el primer ejemplo. Es el arranque del disco y suena a música de banda sonora de película de tralla, con ridícula orquestación y melodías que parecen infantiles. No obstante, mejora esta cara en 'Still Waters', donde hace un gran uso de la cuerda y viento de alto quilate. Y es que la orquestación, impero, no es algo fácil. Recordar que por ejemplo una gran obra que todos amamos en el campo clásico, como 'Cuadros para una exposición' de Mussorgsky, es en realidad una obra para piano, y la orquestación genial con la que todos la recordamos corrió a cargo de otro genio, el francés Maurice Ravel. Sí, el francés que compuso el famoso 'Bolero' que sin embargo no tenía ni la mitad de calidad que las composiciones del ruso. Pero el que es un genio de la orquestación, es un genio para esa faceta y hay que valorarlo. Ahí es donde se nota a estos músicos, o a los directores de orquesta más talentosos. Por otra parte, sus mencionadas influencias son Sergei Rachmaninoff, Maurice Ravel, Gustav Holst, Gustav Mahler, Dmitri Shostakovich o Jean Sibelius.
En cuanto al mencionado tema 'Still Waters', según avanza, presenta carencias en este aspecto tremendas, sonando a banda sonora de tres cuartos de euro, de película mala de aventuras. Algo así como el norteamericano Basil Poledouris, que todos recuerdan por componer los temas de la bandas sonora de 'Conan' ochenteras, tremendamente rotundas y brillantes, pero con una orquestación lamentable, de pandereta. Sin embargo quien quiere hacerse un poco el intelectual con la clásica te pone en seguida su banda sonora, y pretende darte alguna lección.
Algo mejor es 'Blade', la segunda pieza más larga, de algo más de 10 minutos, con una bella sección se cuerda con doble línea melódica, en ocasiones muy barroca, en otras más neoclásica. 'Wild Pilgrimage' es más prometedora, más propia de la música moderna sinfónica, con bellos pasajes de excelente gusto compositivo y gran talento orquestal, de bella factura de la Orquesta Filarmónica de Praga, conducida por Paul Englishby, que es la encargada en todo el disco de dar cuerpo a esta segunda incursión de Banks en la clásica.
Para poner fin al disco llegan 'The Oracle', que es otra pieza de mucha calma que recuerda a los compositores más modernos, ya sea de la época del ruso Tchaikovsky o de Strauss hijo, el amo de los valses. Por último, Banks pone colofón a este 'Six: Pieces for Orchestra' con 'City of Gold', que si bebe las mieles de los dos anteriores ejemplos, quiere finalizar con pasajes épicos que presentan cierta torpeza orquestal y simplismo efectista, pero sin perder gran parte de la calidad de la mente de este genio.
Señalar por último que en la anterior experiencia de Banks con la música clásica fue en 2004, con 'Seven: A Suite for Orchestra', y que el propio compositor definió estas 6 piezas de la siguiente manera: "Se refieren a los elementos de la Historia universal: la seducción, las aventuras, los héroes, los retos, las grandes decisiones y el triunfo". "Dejo al oyente el llegar al resto de detalles, aunque realmente es una música instrumental, sin letras", comentó también.
En definitiva, una buena obra, mediocre para el mundo de la clásica, que bien invertido tanto talento en otro tipo de música más apropiada para Banks daría para mucho más. Se le puede exigir más, aunque sí, estamos ante una obra de calidad, sin duda.